domingo, 28 de noviembre de 2010

Dios

La palabra de un amigo.
El sabor de un café matutino.
El canto orquestado y vivo de los grillos.
La caricia visual de una buganvilia.
El despiadado verde del valle.
La marimba en el conchal.
El secuestro aromático de un eucalipto.
La nostalgia y el embeleso que se oculta en el mar.
La poesía de Benedetti.
Las canciones de Silvio, de Sabina de Serrat.
El carnaval sanguíneo de una erección.
La mujer diosa de mi iconografía, obsesión de mi tinta, musa de mi pornografía.
El discurrir implacable del ahora del aquí.
El presente, único instante que dura una eternidad.
Lo sencillamente inconmensurable.
Lo impagable lo valioso, lo que no tiene precio.
Lo tan lejano de tan cerquita que lo tenemos.
La muchedumbre, la soledad.
El pensamiento esquicito, el albur.
La palabra, el silencio.
El abrazo, un beso.
La sabiduría de un niño.
El consejo asertivo de un viejo.
Los cuatro elementos.
El corazón unido del universo,
infinito, inefable.
El misterio.
Esto para mi es la fuente, el enigma..
Lo que otros llaman dios.

Canito Vejha

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